El término «impresión» indica el número de veces que se visualiza un determinado contenido.
Podemos utilizar una definición bastante genérica, como la anterior, ya que hoy en día el término se utiliza en múltiples contextos, sobre todo en el ámbito social (pienses por un momento en las visualizaciones de historias en Instagram).
Pero aunque el término «impresión» se utiliza actualmente en varios contextos, tradicionalmente está vinculado al contexto publicitario. Aquí, de hecho, indica el número de veces que se ve un anuncio concreto.
Esta métrica es especialmente importante, ya que es también la base de uno de los modelos de compra de espacios publicitarios más utilizados, el de la Impresión.
Éste, al que se suele hacer referencia con las siglas CPM, indica cuánto cuesta conseguir mil impresiones de un anuncio en un canal específico.
Normalmente, el modelo de compra basado en el CPM se utiliza cuando se crean campañas de notoriedad en la parte superior del embudo: en esta fase es importante que la marca sea capaz de llegar al mayor número de usuarios posible. En este caso, la campaña no debe centrarse en un objetivo concreto (por ejemplo, las ventas), sino que debe servir para adquirir nuevo tráfico y atraer a nuevos usuarios, con el fin de desplegar estrategias de compromiso eficaces.