«Growth hacking» se refiere a un proceso de experimentación rápida sobre un producto y múltiples canales de marketing para encontrar la «receta» más rápida y eficaz para hacer despegar y crecer un negocio.
Muchos definen el growth hacking como una verdadera filosofía, quizás sea más correcto llamarlo un enfoque, una mentalidad, que se basa en tres elementos clave: análisis de datos, desarrollo de productos, marketing digital.
La expresión fue acuñada en 2010 por Sean Ellis, precisamente para referirse a un conjunto de estrategias de marketing web destinadas a hacer crecer un negocio lo más rápidamente posible.
Hay mucha literatura sobre growth hacking en la red.
Es posible identificar sus pasos básicos sin perder de vista el concepto de que se trata de una inversión medida, repetible y escalable.
He aquí los pasos fundamentales:
- enfoque del producto;
- comprensión de la clientela;
- simplificación de la estrategia;
- elección de los KPI.
Gracias al growth hacking, por tanto, es posible iniciar un verdadero crecimiento viral: si generar y aumentar la propia visibilidad para acercarse a nuevos clientes potenciales es uno de los principales objetivos, muchos expertos optan por no invertir únicamente en estrategias para generar tráfico, sino que, por el contrario, adoptan un enfoque lean que puede articularse en varios pasos:
- captación de usuarios y tráfico;
- activación de usuarios adquiridos;
- transformación de usuarios en clientes habituales;
- estímulo del boca a boca, marketing de recomendación;
- aumento de los ingresos mediante la creación de ofertas y suscripciones.
En este contexto, el uso de estrategias y actividades de marketing automation puede representar un valor añadido.