Above the line, el acrónimo ATL, define las actividades de comunicación y marketing no dirigidas («masivas») que se dirigen a audiencias muy amplias y generalistas.
Esta categoría incluye todas las actividades que se realizan en medios de comunicación «de masas», como la televisión (lineal), la radio, el cine o la prensa, por citar los principales.
Precisamente por los medios y canales utilizados, la comunicación y la publicidad above-the-line requieren importantes inversiones y son sobre todo adecuadas para las estrategias de notoriedad de marca.
Con la llegada de lo digital, la cesta de medios que pueden utilizarse para actividades de comunicación ATL se ha enriquecido: desde los medios para campañas publicitarias fuera del hogar, hasta los de marketing de guerrilla hasta los de colocación de productos.
Aunque la comunicación y la publicidad digitales han abierto, de hecho, nuevos canales y herramientas aún más inmersivos, eficaces y mensurables, las inversiones en comunicación above-the-line (ATL) siguen confirmando que este tipo de comunicación y publicidad sigue interesando a muchas realidades y marcas.
Una gran visibilidad y la capacidad de captar la atención de los consumidores potenciales, distrayéndolos de sus propias actividades, son sin duda los dos aspectos que caracterizan la comunicación above-the-line – ATL.
En términos generales, podríamos decir que la comunicación ATL es sobre todo adecuada para marcas de productos y servicios de consumo, como alimentación&bebidas, cuidado personal.
En estos casos, los objetivos de las campañas siguen estando vinculados sobre todo a la necesidad de reforzar la imagen de marca y transmitir los valores de la marca.