El término Workflow suele referirse a un flujo de trabajo.
En el ámbito del marketing, sin embargo, el término Workflow se refiere a un proceso que se activa automáticamente cuando el usuario realiza una determinada acción, por ejemplo, comprar un producto o rellenar un formulario.
De hecho, el concepto de flujo de trabajo está estrechamente relacionado con el de lead nurturing e implica la sistematización de una serie de actividades destinadas a crear una relación real con el contacto recién adquirido, estimulándole así a progresar en su buyer’s journey (es decir, en su proceso de toma de decisiones).
Algunos de los flujos de trabajo más utilizados son:
- correo electrónico de bienvenida: correo electrónico enviado al usuario después de que se haya registrado en un sitio web;
- oferta de cumpleaños: mensaje de felicitación con código de descuento reservado;
- follow up de la primera compra: correos electrónicos con productos recomendados a partir del comprado;
- campaña de win back: campaña de llamadas para usuarios/clientes inactivos durante mucho tiempo.
Como es fácil adivinar, los Workflows son la base para el diseño de estrategias de automatización de marketing, ya que permiten estructurar flujos de actividad que se despliegan en función del comportamiento de los usuarios ante diferentes estímulos.
También son útiles para:
- automatizar tareas repetitivas, ahorrando tiempo;
- evitar errores;
- aumentar la eficiencia empresarial;
- maximizar y optimizar la productividad.