El término Outbound Marketing (marketing de salida) se utiliza para definir estrategias y actividades que se inscriben en el enfoque más tradicional del marketing de interrupción, consistente en atraer la atención de los usuarios, desviándolos de las actividades que están realizando en ese momento.
En marcado contraste con el Inbound Marketing, implica una comunicación de uno a muchos y el uso de medios más tradicionales como la televisión, la radio o las vallas publicitarias.
En el ámbito digital, el enfoque push típico del Outbound Marketing se replantea mediante el uso de formatos publicitarios más bien invasivos, como pop-ups, banners.
Si quisiéramos simplificar un poco para entender mejor el enfoque del Outbound Marketing, podríamos decir que tiende a centrarse principalmente en el producto/servicio y en la empresa/marca más que en el consumidor final. Esto, sin embargo, no significa en absoluto que el target no se tenga en cuenta dentro de la estrategia, sino que, como ya hemos mencionado en parte, su participación es sin duda más marginal. Se dirige más al target que a la persona individual y, por tanto, no se prevé una personalización de la experiencia del cliente.
Aunque menos centradas en la personalización de la experiencia del usuario, las estrategias y actividades de Outbound Marketing pueden ser eficaces especialmente en la primera fase del embudo, en la que es crucial iniciar el contacto con el cliente potencial.
En general, sin embargo, estas actividades suelen tener unos costes muy elevados y no permiten una evaluación rápida y sencilla del ROI.