El «Geofencing», que puede traducirse como valla, es una especie de perímetro virtual asociado a una zona geográfica concreta del mundo real. El uso del geofencing, implica por tanto el uso de dispositivos con tecnología GPS empleados como terminales de un servicio basado en la localización (LBS). En el uso de dicho servicio, cuando un usuario entra o sale del perímetro virtual, el dispositivo recibe una notificación.
Esto puede utilizarse como activador de estrategias eficaces de marketing local y actividades de geomarketing centradas en la comunicación o el envío de ofertas a personas concretas presentes en un momento determinado en una zona geográfica específica.
El geofencing triangula una serie de tecnologías presentes de forma nativa en los dispositivos móviles, como el GPS, el Bluetooth y el Wi-Fi.
Entre sus ventajas destaca que no localiza un único punto geográfico, sino un área alrededor del dispositivo que está activa cuando éste está en movimiento.
Para poner en marcha un servicio de este tipo, es importante recordar que la persona identificada debe haber aceptado formar parte de dicho servicio.
El geofencing se cuenta así entre las herramientas más innovadoras en el ámbito del marketing de captación de clientes, diseñado para presidir todos los posibles puntos de contacto del recorrido del cliente. Estrategias de marketing, pero no sólo: el geofencing también se utiliza a menudo para habilitar soluciones en el ámbito de la seguridad y la vigilancia.