
La pandemia ha afectado considerablemente al sector del vino y las bebidas.
Como también hemos visto en otros sectores tratados en esta columna, las restricciones han provocado una contracción de la vida fuera del hogar y una drástica reducción de las interacciones sociales, de ahí la interrupción de los momentos para compartir, como los aperitivos y las cenas fuera de casa. A ello se añade la disminución del turismo y del consumo en el sector horeca (Hotellerie-Restaurant-Café).
El descenso del consumo de vino y alcohol se debe en parte a estas tendencias.
Según una investigación de Nomisma encargada por Assobibe (la Asociación Italiana de Confindustria, que agrupa a los productores de refrescos y bebidas espirituosas), en 2020 el consumo de bebidas no alcohólicas experimentó un descenso del -8,4%, mientras que el de bebidas espirituosas cayó un -8,3%, lo que afectó significativamente a las 3.300 empresas del sector. El consumo en restaurantes y establecimientos públicos perdió una media de 250 millones de euros al mes.
En particular, en el sector Horeca, la emergencia del COVID-19 se tradujo en una pérdida de 34.400 millones de euros en 2020, lo que supone un descenso del 35% con respecto a 2019. Pero la cifra más impresionante es el balance entre empresas creadas y cerradas durante la pandemia, que es de -13.060.
Aumento de las ventas de comercio electrónico en el mercado del vino
Según el informe conjunto del Gabinete de Estudios de la SACE, el Área de Estudios de Mediobanca e Ipsos sobre el sector italiano del vino y las bebidas espirituosas (centrado en el análisis de los mercados italiano e internacional y en el estudio de las dinámicas socioculturales del consumo), los datos muestran que los principales productores italianos de vino cerraron 2020 con una caída del volumen de negocio del 4,1%, en particular del -6,3% para el mercado nacional y del -1,9% para el mercado extranjero.
En particular, los vinos espumosos, típicamente los más utilizados para cócteles y aperitivos, perdieron más terreno (-6,7%) que los vinos tranquilos (-3,5%).
En cuanto a los canales de compra, la gran distribución experimentó un aumento del 2,3%, pasando del 35,3% en 2019 al 38% en 2020, mientras que la horeca perdió un 32,7%, cayendo del 17,9% al 13,4%. Algo mejor les fue a las vinotecas y vinotecas, que, sin embargo, experimentaron una pérdida del 21,5%, pasando del 7% al 6,7%.
Sin embargo, como es fácil imaginar, fueel comercio electrónico el que experimentó una verdadera explosión de ventas:
- +74,9% en portales web propios;
- +435% en plataformas dedicadas en línea;
- +747% en mercados generalistas.
Antes del cierre, el 71% de los italianos no había comprado nunca en línea en los sitios de las bodegas y el 74% no había comprado nunca en el comercio electrónico de una tienda de vinos, mientras que hoy estos porcentajes han bajado al 64% y al 69%, respectivamente.
Esta tendencia se tradujo en un aumento del 55,8% de las inversiones digitales de los mayores productores de vino en 2020, frente a un descenso del 13,4% de los gastos publicitarios y del 14,3% de las inversiones globales.

Nuevas tendencias de consumo para 2021 en el sector vitivinícola
Siempre según el informe de SACE, Mediobanca e Ipsos, en 2021 los principales productores de vino de Italia esperan un crecimiento del sector del 3,5%, que en el caso de las exportaciones podría alcanzar incluso el 4,6%. En cuanto al sector de las bebidas espirituosas, se espera que las ventas crezcan un 5, 4% (algo menos en el caso de las exportaciones, con un aumento del 4%).
La gran distribución sigue siendo el canal preferido para comprar vino, pero la propensión a comprar en supermercados ha caído del 58% anterior a COVID al 52% actual. De hecho, los consumidores italianos muestran ahora una mayor atención a la búsqueda de vinos de calidad, procurando seleccionar botellas únicas con características específicas.
Este nuevo hábito de consumo introducido por la pandemia se ve confirmado por otra tendencia: un aumento del 6% en el número de italianos que acuden a vinotecas, bodegas o tiendas especializadas para comprar vino. Las mujeres, en particular, ven disminuir el porcentaje de las que nunca han acudido a una vinoteca para comprar una botella de vino, pasando del 52% antes de la emergencia pandémica al 44% en 2021. Esta nueva tendencia en el consumo de vino también ha tocado a otros segmentos de la sociedad, afectando a jóvenes de diversos grupos de edad (Millennials, Gen X y Baby Boomers).
En cambio, en lo que respecta a los precios de las botellas individuales, se observa un debilitamiento de la franja media de precios en favor de la baja.
Según la CIA (Confederazione Italiana Agricoltori) y la UIV (Unione Italiana Vini), el 40% de los consumidores que compraron vino por Internet durante el cierre (el 52% lo hizo) seguirán utilizando el canal del comercio electrónico para comprar, con un crecimiento previsto del 75% en el caso de los portales especializados y los sitios web corporativos.
En 2022, será necesario tener presentes estas nuevas tendencias de consumo en el sector vitivinícola para sostener la recuperación pospandémica.