Hoy se habla cada vez más de Through The Line, además de la clásica división de las actividades de marketing y comunicación en por encima de la línea e below the line.
De hecho, la llegada de los medios digitales ha hecho que el contexto sea más complejo hasta el punto de que ya no es posible elegir si centrarse únicamente en ATL en lugar de BTL.
La llegada de las nuevas tecnologías, pero no sólo: el consumidor se mueve cada vez con más fluidez entre los contextos de consumo y comunicación, por lo que se necesitan herramientas y canales capaces de llegar a él en cada etapa de su customer journey.
Así, ha surgido una tercera subdivisión de las actividades de marketing, que se ha denominado comunicación TTL, es decir, a través de la línea.
Aquí se agrupan las actividades, las estrategias que implican tanto a públicos más generalistas como a grupos más específicos.
En este caso, las actividades se diferencian en función de fases específicas del embudo: las actividades ATL son, por tanto, propias de la fase alta, donde el objetivo de concienciación es sin duda el principal, mientras que las actividades BTL están relacionadas sobre todo con la fase baja del embudo, donde los objetivos son la conversión y la retención de clientes.